¿Qué tienen en común El Greco, Rubens, Zurbarán, Delacroix, Goya y Picasso? Todos ellos son protagonistas de la exposición ‘Picasso: Lo sagrado y lo profano’, que se puede visitar en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza hasta el 14 de enero de 2024.
Se trata de una muestra que celebra el cincuenta aniversario del fallecimiento del genio malagueño y que explora su relación con el arte del pasado, desde el mundo clásico hasta la tradición judeocristiana.
La exposición reúne 38 obras, 22 de ellas de Picasso, que dialogan con pinturas de maestros antiguos de la colección del museo. A través de tres apartados temáticos (Iconofagia, Laberinto personal y Ritos sagrados y profanos), se pone de manifiesto la audacia y originalidad con la que Picasso reinterpretó los temas y géneros del arte tradicional europeo, así como su capacidad de integrar elementos y problemáticas del arte anterior y de reflexionar sobre la esencia última de la pintura.
Picasso conjugó en su obra lo divino y lo humano en su sentido más amplio y profundo, e intuyó que, desde el principio de los tiempos, las expresiones artísticas habían adoptado una dimensión sagrada.