El pasado jueves 1 de febrero se inauguró Bodega Salvaje, una cervecería que ha llamado la atención desde su apertura. Se trata de una taberna donde la cerveza corre a raudales para satisfacción de los clientes.
Esta cervecería, regentada por los hermanos Quintanar, una familia procedente de Castilla La Mancha, se caracteriza por su reconocida cerveza artesanal, que formó parte de la carta del restaurante DiverXO y sigue estando presente en los restaurantes Subijana o Ruscalleda. Este zumo de cebada casero fluye desde los seis grifos repartidos a lo largo de la barra, un líquido que los clientes combinan con diferentes platos típicos de la España más ibérica, pero encontramos también raciones, tapas y entrantes más sofisticados: como salchichas a la cerveza o ensaladilla rusa. Hay, sobre todo, cocina manchega: pisto, gachas, asadillo, etc. pero también barbacoa u oreja con soja.
De acuerdo con los propietarios del local, Bodega Salvaje tiene algo “especial, que preparamos buenos aperitivos a precios populares pero lo que más trabajamos es el trato con el cliente”. Se apuesta, así, por una vuelta a la hostelería tradicional. Como buenos manchegos, los propietarios no podían dejar de lado el queso de su tierra, claro está; un producto muy presente en el local.
La decoración del establecimiento está repleto de iconos de la España más cañí: Sara Montiel, molinos, paisajes castellanos, etc. Los camareros, los propios hermanos Quintanar, nos sirven con su camisa blanca y corbata negra.
Queda por decir, para terminar esta reseña, que la taberna cervecería Bodega Salvaja se localiza en la calle Jaime el Conquistador, 25; entre el paseo de la Chopera y la calle de Embajadores; es decir, en el barrio de Legazpi. La estación de metro más cercana a este establecimiento es la propia de Legazpi, estación de metro correspondiente a las líneas 3 y 6 del suburbano.