El Arco de la Victoria de Madrid continúa en el foco del debate mediático y es a día uno de los diez monumentos en el punto de mira por la Ley de Memoria Democrática. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid ultiman un acuerdo para ceder el monumento, restaurarlo y abrirlo al público.
Este monumento de treinta metros de atura, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), pertenece al Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria de la Complutense de Madrid (UCM). Sin embargo, los gastos previstos para su restauración, dado su estado de deterioro tras años de abandono por parte de todas las instituciones, han propiciado su cesión gratuita al Ayuntamiento de Madrid, que ahora decidirá qué hacer con él.
El Arco de la Victoria –también conocido como Puerta de la Moncloa o Arco del Triunfo– es un monumento construido entre 1950 y 1956 para conmemorar la victoria del bando sublevado sobre el republicano en la Guerra Civil. Está situado en una de las entradas principales de Madrid, la de la carretera de La Coruña, en el distrito de Moncloa-Aravaca.
El monumento fue promovido en 1942 por la Comisión Permanente de la Junta Rectora de la Ciudad Universitaria, entidad que cedió el subsuelo del monumento al Consorcio Regional de Transportes de Madrid para la construcción del intercambiador de transportes de Moncloa.
Al escultor encargado de los ornamentos, Moisés de Huerta, se le encomendó también una estatua ecuestre de Franco que debía estar situado en la explanada de la parte frontal del Arco. Este proyecto nunca se llevó a término y la estatua fue colocada fuera frente al Ministerio de la Vivienda.
Durante la década de setenta se empleó el interior del arco para almacenar parte del archivo documental de la Universidad Politécnica de Madrid.
La antigua fábrica de cervezas ‘El Laurel de Baco’, situada en Moncloa, hizo que muchos madrileños bromearan renombrando al arco como ‘El laurel del Paco’.
Más recientemente, en 2016, el Ejecutivo de Manuela Carmena trató de resignificar el monumento dándole el nombre de «Arco de la Memoria». Además se comprometieron a mejorar su interior e incluir una exposición sobre el Madrid de la Guerra Civil. El proyecto no llegó a materializarse.
Ahora, la previsible restauración y apertura de este monumento al público podría regalar una de las mejoras vistas de Madrid, cuyo horizonte podrá atisbarse desde la terraza coronada por la cuadriga de la diosa Minerva.