El Hospital público Universitario La Paz ha puesto en marcha su nueva Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, dotada con tecnología de vanguardia, centrada en el niño y su familia. Unas modernas instalaciones que triplican en espacio a la anterior, actualizada a los estándares de este tipo de unidades.
Lo ha comprobado in situ el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, quien ha visitado una UCI pediátrica con un equipamiento superior a los 3 millones de euros, y que cuenta con un ambiente con luz natural y un notable incremento de espacio para la atención.
Son, en concreto, 1.780 metros cuadrados, lo que supone 1.220 más que la antigua, y pasa de 16 puestos a 20, con diez habitaciones individuales, un box de procedimientos especiales con dos camas y cuatro habitaciones dobles. Además, otras doce tienen presión positiva, lo que minimizará el riesgo de infecciones cruzadas, y dos tienen presión negativa y esclusas para el aislamiento de niños con enfermedades altamente contagiosas. Todas las estancias tienen aseo independiente para el paciente y zona para acompañante con cama, aumentando notablemente su privacidad y descanso.
También se dará prioridad a la integración de los padres en el cuidado de sus niños, añadiendo la disponibilidad de una nueva área para estos con un espacio de trabajo, otro de descanso con un sofá y otro para comer con nevera y microondas, así como taquillas y dos baños con ducha.
Otro cambio sustancial en esta UCI Pediátrica de La Paz es la supervisión y control de enfermería, que pasa a estar descentralizada, disponiendo de una serie de puestos de control con visión directa y monitorización de los pacientes frente a todas las habitaciones. La monitorización también es de última generación e integra video, por lo que informa en tiempo real de todos los datos.
La unidad dispone también de un sistema de monitorización medioambiental que genera alertas de contaminación acústica y química, entre otras. Además, el tratamiento de la climatización permite responder simultáneamente a las diferentes necesidades planteadas por la patología y condición personal del niño, cuya variabilidad es especialmente importante ya que son enfermos que pueden tener entre el mes de vida y los 18 años de edad con morfologías y requerimientos propios de su edad y constitución física.