Si por algo se caracteriza Madrid es por la cantidad de locales populares, donde se dan cita los amigos para tomar cachivaches hasta bien entrada la noche. Uno de esos establecimientos democráticos, que son casi espacios de servicio público, se llama El Tigre.
El Tigre es un bar sidrería famoso por la abundancia de sus platos y el ambiente típicamente municipal que reina en el local. Pedir un plato o una tapa en El Tigre es tener asegurado un bocado abundante y sabroso, sin delicadezas gastronómicas pero con fundamento y garantía de quedar satisfecho.
Para disfrutar de las tapas de El Tigre basta con pedir una bebida, que te llegará gratuitamente acompañada de patatas bravas, croquetas, alitas de pollo, mondatitos, paella, una porción de tortilla de patatas, pimientos, etc. Sea como sea, lo cierto es que todas las tapas son caseras, algo impagable en esta época de tapas prefabricadas, todo sea dicho. El caso es que dfícilmente podremos encontrar otro local en Madrid en el que las tapas sean más generosas. Para beber es típico pedir una sidra, una sangría o una cerveza.
Los precios en El Tigre son, como ellos mismos dicen, “asequibles”. La decoración del local se inspira en la estética Almódovar, en sus películas y la poética de la movida madrileña. Hay que decir, sin embargo, que en los fines de semana conviene no llegar tarde si quieres encontrar un hueco y, especialmente, si esperas poder comer sentado.
Una pega del bar sidrería El Tigre es el gentío que se forma en el local. Así es, atraídos por el boca a boca, la clientela llega al establecimiento de manera continua: estudiantes, guiris, habituales parroquianos, paseantes que entran al ver el bullicio desde fuera, etc.