Con “tranquilidad” nos referimos a poder concentrarnos en nuestro negocio y en nuestras tareas, sin tener que estar pendientes de la limpieza de nuestras oficinas, que, al fin y al cabo, es una actividad auxiliar.
Conseguiremos esa “tranquilidad” si dejamos la limpieza en manos de una empresa profesional, integrada por expertos en limpieza, que además supervise las tareas que se desarrollan en nuestras oficinas, y cumplan con la legislación en materia laboral, de Seguridad Social, Prevención de Riesgos Laborales, etc.
Sin embargo, la empresa que lleve a cabo la limpieza de nuestras oficinas debe evitar algunas situaciones concretas, ya que, de lo contrario, tendremos la obligación de estar pendientes de la limpieza, y no conseguiremos centrarnos en lo que de verdad importa, nuestro negocio.
Cambio de horarios
La empresa de limpieza nos debe garantizar que el servicio se realice siempre en el mismo horario. Debemos saber cuándo esperar el trabajo de limpieza, y que el horario no sea una sorpresa. De este modo, podremos planificar de mejor manera nuestro trabajo, reuniones, salidas de la oficina…
Cambio de personas
Las personas que limpian nuestra oficina deben ser siempre las mismas. En la medida de lo posible, las personas que realicen suplencias (por vacaciones, enfermedades, etc. de la plantilla habitual) también deben ser siempre las mismas.
Al fin y al cabo, el personal de limpieza está conviviendo con nosotros en el día a día, y es fundamental que impere la confianza. Esto es inalcanzable si nuestra empresa de limpieza nos está cambiando constantemente a las personas que llevan a cabo la limpieza de nuestras oficinas.
Ausencia de formación en el puesto
Cuando una nueva persona viene a limpiar nuestras oficinas, es importante que venga acompañada por alguien de la empresa de limpieza, que pueda impartirle la formación a pie de puesto, para que pueda realizar su tarea con solvencia.
Si esto no ocurre, nos tocará a nosotros enseñarle a la persona nueva las oficinas, el cuarto de materiales, donde tirar la basura, y un largo etcétera que conllevará una gran pérdida de tiempo en nuestro trabajo.
Ausencia de supervisión
La empresa de limpieza debe supervisar periódicamente el trabajo que realizan las personas que limpian nuestras oficinas, para poder corregir posibles desviaciones.
La ausencia de supervisión supone que seremos nosotros quienes nos tendremos que encargar de esta tarea, con la consabida pérdida de tiempo, también.
En resumidas cuentas, debemos meditar sobre el servicio que estamos recibiendo de nuestra actual empresa de limpieza y optar siempre por empresas profesionales como Serlimp, que garantizan los mejores resultados y la mayor profesionalidad. Si la limpieza de nuestras oficinas es una actividad más de la que tenemos que estar pendientes, debemos buscar una empresa de limpieza que nos garantice “tranquilidad” y que nos permita centrarnos en nuestros negocios y tareas.