Cuando estamos en invierno, uno de los sentimientos más gratificantes es pensar en llegar al calor del hogar y estar resguardados del frío exterior. Porque es precisamente en el hogar donde más tiempo pasamos y donde debemos estar más confortables. Sin embargo, en edificaciones antiguas o sencillas, a menudo se suelen dar problemas de aislamiento térmico y estar sentado viendo la televisión, estudiando o haciendo cualquier otra tarea se convierte en todo un calvario si no tenemos tres capas de ropa encima.
Lo cierto es que un correcto aislamiento térmico en el edificio permite mantener la temperatura adecuada tanto en invierno como en verano y, además, implica un importante ahorro en las facturas de energía.
Aunque para evitar la pérdida de temperatura en el hogar muchos optan por realizar una reforma integral, no siempre es necesario. De hecho, es recomendable contactar con técnicos en rehabilitación de edificios que realicen un estudio del aislamiento térmico. De esta manera obtendremos una evaluación independiente sobre qué reformas son necesarias, evitando obras y gastos extra. El aislamiento térmico tiene dos talones de Aquiles fundamentales:
Ventanas: se estima que cerca del 65% de la temperatura del hogar se escapa por ventanas y puertas. Para conocer qué ventana es la más adecuada para cada habitación, lo mejor es solicitar la evaluación de un técnico en rehabilitación, ya que para encontrar la ventana adecuada optimizando el presupuesto, se debe tener en cuenta varios factores: orientación, tamaño de la habitación y de la ventana, aislamiento de la pared, etc. El técnico en rehabilitación de edificios que realice el estudio tendrá en cuenta estos factores para darnos la solución óptima de aislamiento, considerando además las características de la carpintería y del vidrio.
Paredes: existen varias opciones de aislamiento para paredes y muros, por donde se estima que se pierde el 25% de la temperatura de las viviendas. Aunque el aislamiento desde el exterior se suele considerar más efectivo, en ocasiones no es posible debido a la necesidad de ponerse de acuerdo con los vecinos si se convive en una comunidad. El aislamiento desde el interior es, no obstante, sencillo y económico, ya que permite detectar los puntos críticos.
Estos son dos de los elementos que más inciden en el aislamiento térmico del edificio; sin embargo, cada área estructural de la casa requerirá de una solución específica, por lo que la reforma y la elección de los materiales dependerá del presupuesto y de las estancias que se necesite aislar. Empresas como SENSEDI cuentan con técnicos en rehabilitación de edificios que plantean soluciones factibles para mejorar el aislamiento térmico sin necesidad de recurrir a la reforma integral.