Cómo purgar los radiadores para mejorar su eficiencia energética

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Cuando llega el frío encendemos la calefacción. Los radiadores, después de meses parados, acumulan aire en su interior y no calientan de manera correcta. Para lograr una mayor eficiencia energética y, así, reducir la factura mensual es necesario expulsar el aire al exterior. Esta acción de expulsar el aire se denomina purgar y se trata de una práctica sencilla que ayuda a mejorar el sistema de calefacción.

Actualmente los radiadores cuentan con dos tipos de purgadores: los automáticos y los manuales. En el caso de los purgadores manuales debemos ser nosotros mismos los que realicemos el proceso.

Dos son los síntomas clave para saber si necesitamos purgar los radiadores y mejorar la eficiencia energética: oír ruidos en el sistema como el “gorgoteo” y/o tocar el radiador y que la parte superior esté más fría que la inferior.

Identificado el problema debemos apagar la calefacción y cerrar la llave de paso del agua al radiador.

Cuando la vivienda es de una sola planta, conviene empezar el purgado de los radiadores que están más cerca de la caldera, siguiendo el flujo del agua en el sistema. Mientras que, en el caso de una vivienda con varias plantas, en las que lo habitual es que la mayor cantidad de aire se acumule en los radiadores de los pisos más altos, se debe comenzar por estos.

Ayudados por una llave inglesa o un destornillador, debemos girar la válvula de purgado que se encuentra en la parte superior del radiador, y mantenerla abierta hasta que comience a salir agua de forma constante y sin ruidos. Se aconseja repetir este proceso en todos y cada uno de los radiadores de la vivienda.

Finalizado el purgado de todos los radiadores se ha de comprobar la presión del agua de la caldera que generalmente debe estar entre 1 – 1,5 bares para su buen funcionamiento.

Siguiendo estos sencillos pasos, tus radiadores mejorarán su eficiencia energética, calentando de manera óptima, lo que repercutirá positivamente en la factura.