Descubre el Museo del Pan Gallego

Museo del Pan Gallego

En Madrid tenemos un problema con el pan. El pan que se vende en la mayor parte de las panaderías y tiendas madrileñas es un alimento industrial con sabor a gas y levadura. Por ello, celebramos la existencia de tahonas y panaderías como el Museo del Pan Gallego.

Lo cierto es que los madrileños nunca hemos tenido una gran tradición panadera a pesar de encontrarnos en el centro de Castilla, con sus magníficos trigales. La harina castellana es una materia prima excelente y en algunos lugares, como Valladolid, Palencia, Albacete o Toledo, saben aprovecharla mucho mejor que en Madrid. Se sabe que en el siglo XVI y XVII los mejores panaderos de Madrid eran foráneos, artesanos de la harina venidos de Francia o de Galicia; y es esta tradición la que intenta recuperar el Museo del Pan Gallego.

Este museo del pan, que, a pesar del nombre, es una tahona artesanal al uso, se asienta en un local que empezó a despachar pan en 1735 y hoy en día está regentada por los hijos de José Menor Canal, un gallego que emigró a Chile y veinte años después regresó a España arruinado y con seis hijos a cuestas. Fue entonces, en 1981, cuando abrió una panadería en Orense y, cinco años más tarde, se hizo cargo de esta panadería madrileña.

El Museo del Pan Gallego elabora el pan y otros productos a mano y en horno de leña usando ingredientes de primera calidad. Además de pan, la panadería vende empanadas gallegas y tartas de Santiago, magdalenas, bizcochos, bollos preñados, etc. En Navidad también venden roscones, si bien también ponen a la venta charcutería gallega, vinos y otras delicatessen. El Museo del Pan Gallego distribuye alimentos a tiendas y restaurantes.

El establecimiento central del Museo del Pan Gallego se encuentra en la plaza Herradores, 9. Pero también está presente, en forma de sucursales, en la calle Jesús, 5 y, así mismo, en Getafe y Majadahonda.