Las llamadas ‘patrullas antigrafitis’ forman parte del contrato de gestión de la empresa de limpieza en Madrid SELUR. Están formadas por 12 equipos que, en total, están compuestos por 55 operarios que limpiarán las pintadas denunciadas por los ciudadanos en un plazo máximo de siete días. Si estas son ofensivas, su eliminación se completará en un tiempo inferior a las 3 horas.
Almeida, el alcalde de la capital madrileña, ha asegurado que este tipo de equipos contará con una inversión de seis millones de euros. Sobre todo será la zona del centro la que reciba más servicio ya que, según el alcalde, es el distrito con ‘mayor proliferación de pintadas’. En total, durante el año pasado, el centro fue motivo del 16% de los servicios de limpieza para eliminar las pintadas, siendo impuestas 185 denuncias por la realización de grafitis. La limpieza de comunidades de vecinos también se tuvo en cuenta en este recuento al ser los portales y fachadas exteriores los focos de las pintadas.
La periodicidad con la que las patrullas vigilarán los distritos dependerá del número de pintadas que suelen registrarse. En los barrios del centro, la frecuencia será de una vez cada 25 días mientras que en otros 11 barrios situados en cuatro distritos distintos será de 1 vez cada 45 días. El resto de los 114 barrios de la ciudad madrileña tendrán una frecuencia de intervención cada 60 días.
Tres factores son los que el alcalde madrileño cree fundamentales para mantener una limpieza de moquetas y del resto de material público: un esfuerzo presupuestario acorde a las necesidades materiales y humanas de la empresa encargada de la limpieza, un régimen sancionador duro y una sociedad concienciada de forma cívica que además denuncie los comportamientos nocivos hacia lo público.