El programa Fisuras del Museo Reina Sofía tiene a una nueva protagonista. Se trata de Sara Ramo, quien ha instalado ‘lindalocaviejabruja’, una muestra muy imbricada en los espacios del MNCARS.
La muestra, aunque parezca inconexa, tiene un propósito. “Encontraremos jarrones y marionetas en sus ventanas, textiles desplegados en una de sus escaleras, ropas en los armarios del antiguo hospital”, relatan medios especializados.
El proyecto de Ramo tiene que ver con las dificultades que aún tienen las mujeres. Por ello, el título es una acumulación de adjetivos asociados tradicionalmente a lo femenino y complementarios entre sí, que por esa no oposición aluden también a las múltiples capas identitarias de la mitad de la sociedad.
Ramo, residenciada en Sao Paulo, Brasil, siempre consigue llamar la atención del espectador. Hace 10 años, cuando participó en la Bienal de Venecia, provocó interés y desazón al poner caramelos en el techo que el calor derretía.
La prensa recuerda que, hace tres veranos presentó en Travesía Cuatro el proyecto que pudo desarrollar con su Beca Botín de Artes Plásticas: ‘Los Ayudantes’, un filme grabado en la selva brasileña en el que personajes enmascarados desarrollaban un extraño ritual nocturno.
Con ‘lindalocaviejabruja’, la artista conecta espacios del MNCARS haciendo de ellos escenarios cercanos a lo doméstico, pero no cotidianos, sino opacos. Las piezas no están estructuradas mediante un orden definido ni es posible extraer de ellos lecturas nacidas de lógicas predeterminadas.
Es una muestra que ya puede disfrutarse. Es de larga contemplación, así que hay que asegurarse disponer de tiempo para verla y analizarla desde todos los ángulos.