El Ayuntamiento de Madrid está llevando a cabo los trabajos de restauración de las pinturas murales del Oratorio de la Casa de la Villa, a los que destinará 210.000 euros. Estos frescos fueron realizados por el maestro cordobés Antonio Palomino (Bujalance, 1655 – Madrid, 1726) en 1696, recién finalizada la construcción de la histórica sede consistorial.
La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha realizado una visita de seguimiento a estos trabajos, que se iniciaron a principios de junio con una duración estimada de 9 meses y que se enmarcan en el plan de actuaciones de conservación y mejora del patrimonio cultural de la ciudad de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid.
Rivera de la Cruz ha puesto en valor los “extraordinarios esfuerzos del Consistorio para salvaguardar la inmensa riqueza patrimonial de los madrileños, a veces poco conocida por los ciudadanos, como estas pinturas”, que decoran las paredes de uno de los espacios de gran interés histórico-artístico que alberga la que fuera sede del Ayuntamiento de Madrid desde el siglo XVII hasta su traslado al Palacio de Cibeles en 2008.
La conservación del conjunto pictórico se ha visto alterada por diversos factores, como los cambios de uso, y además se produjo una filtración de humedad de una antigua bajante de hierro, afectando a la representación de Santa María de la Cabeza. En 2021 se efectuaron intervenciones de saneamiento para garantizar la estanqueidad en dicha zona, una vez sustituida la antigua bajante.
El proyecto de restauración incluye el análisis histórico, fotográfico y medioambiental de la capilla; la caracterización de todos los materiales; el registro cartográfico de las pinturas; y la aplicación de todos los tratamientos necesarios para la limpieza de la superficie pictórica, preconsolidación de capas pictóricas, sujeción de zonas con posibilidad de desprendimiento, consolidación estructural, desalación de estratos murales, consolidación mineral del soporte, reintegración con morteros de reposición y reintegración cromática de las pinturas murales; y, por último, la memoria final de todo el proceso de conservación y restauración del Oratorio.