«Libro de horas de Carlos V» expuesto antes de ser reencuadernado

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La Biblioteca Nacional de España (BNE) restaura el manuscrito “Libro de horas de Carlos V” pero este proceso y está pronto a culminar. Pero el desmontaje ha provocado que ahora los madrileños puedan ver 32 de sus hojas por separado, antes de ser nuevamente encuadernado.

La exposición de esta importante obra está abierta en la Biblioteca Nacional desde este 10 de octubre hasta el 4 de enero de 2020.

La Biblioteca Nacional anunció que en las páginas en las que el texto va acompañado de abundante decoración, estarán acompañadas de un retrato del emperador y de la encuadernación del códice.

La agencia de noticias EFE recuerda que el «Libro de horas de Carlos V» se aleja de la tradición de estos manuscritos, realizados en exclusiva para una persona que solía contener los rezos y las horas a las que lo debía hacer, puesto que comienza con un calendario que cuenta la historia de dos hermanos enfrentados y continúa con un discurso teológico como guía cristiana.

De acuerdo a la información que difundió la Biblioteca Nacional, el manuscrito fue realizado en un taller parisino alrededor de 1500 y posee más de 1.200 imágenes, lo que permite seguir la pista a una buena parte de la iconografía bíblica.

Por su contenido y valor artístico, el libro es considerado un museo en miniatura y una «antología de la iluminación parisina en torno al año 1500».

En su elaboración participaron artistas reconocidos del momento, como el Maestro de Martainville, el Maestro de la Crónica Escandalosa o el Maestro de Jacques de Besançon, apelativos convencionales de los artistas cuyos nombres reales se desconocen.

“El emperador Carlos V atesoró una importante biblioteca personal, conservada en parte en el monasterio de El Escorial”, destacó la BNE. Allí se hallaban algunos importantes manuscritos iluminados y varios libros de horas, el libro de rezos más habitual entre los fieles de la época.

Sin embargo, la historia indica que “El Libro de horas de Carlos V” no fue encargado por el emperador, pero debió estar en su poder.

El libro no es nuevo en la Biblioteca Nacional. Está allí desde 1869, de la mano de los cardenales François de Joyeuse y Francesco Xaverio de Zelada, que lo legaron a este centro después de haberlo conseguido de la biblioteca personal del emperador Carlos V.