Una de las 20 óperas más interpretadas del mundo llega al Teatro Real por pocos días y con el aforo limitado ante los riesgos que representa la pandemia.
‘Rusalka’, estrenada en Praga en 1901, es una producción del Teatro Real, en coproducción con la Säschsische Staatsoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia.
Desde la reinauguración del Teatro Real, la ópera más célebre de Dvořák no se presentaba sobre este escenario. Su entreno fue el 15 de marzo de 1924.
Ahora vuelve desde el 12 al 27 de noviembre, en 10 funciones. La historia está inspirada en la versión checa de la leyenda folclórica centroeuropea conocida también a través de Undine (1811), de Friedrich de la Motte Fouqué, y La sirenita (1837), de Hans Christian Andersen.
“El relato original encuentra una perfecta traducción musical en una partitura llena de magia y colorido en la que es posible adivinar la influencia wagneriana, en concreto, en las corrientes fluviales de El anillo del nibelungo. Presenta también notables similitudes con otra gran fábula acuática de sacrificio y redención, Sadko (1898) de Rimski-Kórsakov, todo ello sin renunciar a las raíces bohemias que el compositor, como artista comprometido con la música y la cultura nacional checas, imprimió a la mayor parte de sus creaciones”, escribe el Teatro Real.
Es una ópera en tres actos, con música de Antonín Dvorák (1841-1904) y libreto de Jaroslav Kvapil.