En la sociedad actual, la mujer ha tomado un nuevo protagonismo derivado de su situación laboral y de las condiciones de vida. De esta manera, se observa que una problemática normalmente asociada a los hombres, se viene contemplando cada vez más en la mujer.
Situaciones de estrés laboral o emocional, alimentación deficiente y descontrolada, alteraciones hormonales…son elementos que contribuyen a la pérdida de cabello también en el ámbito femenino. Esta es la razón por la que está en alza la cirugía del trasplante de pelo o injertos capilares, siendo actualmente una necesidad, que busca la mejora estética que brinda a los pacientes.
La cirugía de injertos capilares es una intervención quirúrgica mínimamente invasiva que se lleva cabo en un quirófano acondicionado para este fin. Consiste en la extracción de pelo de zonas donantes, como la nuca o laterales, para ser implantados posteriormente en la zona afectada por la alopecia.
Según los especialistas de CFS, clínica especializada en injertos capilares en Madrid, una mujer puede ser una candidata ideal para someterse a un tratamiento de injerto capilar, siempre que tenga calidad de folículos en la zona donante, presenten una alopecia localizada y esté estabilizada con el tratamiento médico.
La cirugía se realiza siempre en quirófano bajo anestesia local que puede combinarse con sedación medicamentosa. Es una cirugía que se planifica tras realizar el diseño de injertos capilares. La intervención suele tardar entre 5 y 6 horas en total y no requiere de ingreso hospitalario.
Los días posteriores a la intervención y aunque las pacientes manifiesten pocas molestias, es importante mantener reposo durante 7 a 10 días.
Tras una cirugía de injertos capilares, serán necesarios de cinco a seis meses para poder apreciar detalladamente el resultado y su efecto máximo suele verse al año. Durante la cirugía de injertos capilares se implantan los folículos pilosos con su raíz folicular, siendo ésta la estructura que unos meses después comienza a generar nuevamente el folículo piloso.
Los primeros meses a partir de la colocación de injertos capilares, puede producirse una caída parcial del pelo no trasplantado, debido al estrés que sufren estos folículos durante la cirugía y se recupera espontáneamente a partir de las semanas 12 a 16.
Esta es la razón por la que algunas pacientes notan un discreto empeoramiento los primeros meses después de la cirugía de injertos capilares, que se recupera en el cuarto o quinto mes y ya a partir de ese momento irá mejorando de forma exponencial hasta el año.
Desde la experiencia de la clínica de injertos capilares CFS Madrid, confirman que son comunes los casos de pacientes que siguen notando mejoría pasado año y medio tras haber sido intervenidas, siendo parte del proceso normal.