¿Afecta la limpieza de los grifos de ducha a la salud de nuestra piel?

grifos de ducha

Cada vez son más frecuentes las visitas al médico por sequedad extrema, picores o irritaciones en la piel. Encontrar las causas que lo provocan puede convertirse en una ardua tarea. Sin embargo, hay un factor que no se suele tener cuenta y que tiene mucho que ver con estos problemas. Este factor es la calidad del agua con la que nos duchamos.  

Si nuestra piel comienza a mostrar reacciones cuando salimos de la ducha como picores o rojeces, lo primero que tendremos que tener en cuenta es la limpieza y desinfección de nuestros grifos de ducha.

Mantener los grifos limpios, conlleva una exposición menor de la piel a los agentes externos como la cal y, por tanto, nos ayuda a mantener nuestro cuerpo sano, así que es muy importante tener esto en cuenta si empezamos a notar reacciones en nuestra epidermis.

Si decidimos llevar a cabo un proceso de higienización en nuestro baño, también deberemos considerar la compra de un filtro específico para poner en el cabezal del grifo de la ducha, que permita limpiar el caudal del agua de la cal y otros componentes químicos que resultan dañinos para nuestra piel.

La dureza del agua es una medida que se define en función de la cantidad de cal que tiene disuelta. Es probable que desconozcamos la dureza del agua que sale por nuestros grifos de ducha, pero existen algunos detalles que nos pueden ayudar a descubrirlo, como, por ejemplo, la espuma del jabón. Cuanta menos espuma haga el jabón, más dura es el agua.

Mantener nuestras pieles expuestas al agua con mucha cal puede provocar alteraciones en nuestra epidermis. Cuando la cal entra en contacto con la piel, puede atascar los poros de la misma y obstruirlos. Esto implica que los aceites naturales que produce nuestro cuerpo, no hacen bien su función y quedan atrapados en los poros formando imperfecciones como las tan indeseadas espinillas.

Además, esto no solo afecta al contacto directo del agua con la piel, sino también a la cal que se acumula en nuestro organismo por el simple hecho de beber agua del grifo. Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), aseguran que lo recomendable es beber agua de baja mineralización, preferiblemente embotellada, ya que el alto contenido en cal del agua del grifo puede provocar irritaciones de la piel.