La Policía Municipal de Madrid ha incrementado la formación de sus agentes para abordar más eficazmente y mejor los casos de violencia de género y doméstica, con un aumento de un 35 % de las horas específicas dedicadas a este aprendizaje por parte de los policías municipales en los últimos cinco años, en el marco del prolongado esfuerzo del cuerpo y del Ayuntamiento de Madrid en su conjunto para combatir esta lacra.
Así lo ha destacado la vicealcaldesa y delegada de Seguridad y Emergencias, Inma Sanz, que hoy ha presenciado, en el Instituto de Formación Integral en Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid (IFISE), la parte práctica que ha puesto fin al curso de ‘Intervención policial ante la violencia de género y doméstica’, impartido por y para policías municipales de la capital y cuya parte teórica se ha impartido el resto de la semana en el Centro Integral de Formación y Emergencias (CIFSE) del Consistorio. Sanz ha estado acompañada por Pedro Antonio Ruiz, director general de la Agencia regional de Seguridad y Emergencias Madrid 112 (ASEM 112).
La formación para la Policía Municipal en el ámbito de la violencia de género y doméstica se desarrolla desde cuatro ejes transversales: prevención, detección, intervención y protección. Impartida por el CIFSE dentro de su programa anual de formación, el de violencia de género es uno de los cursos de especialización dentro del Área de Policía Judicial e Investigación, junto a otras acciones formativas como los cursos de ‘Intervención con menores’, ‘Asistencia a víctimas de delitos’ u ‘Oficina de denuncias y confección de diligencias y oficios judiciales’ que configuran un itinerario formativo que sirve para abordar la lucha en esta materia.
Este itinerario formativo se elevó, en 2024, a 400 horas para los agentes municipales de Madrid, una tercera parte (108 horas) está centrado específicamente en este tipo de violencia. Policía Municipal, en la última década, ha impartido a sus agentes más de 3.600 horas formativas, más de 1.000 de ellas centradas por completo en los casos de violencia de género. Esa formación específica se ha incrementado un 35 % en los últimos cinco años (desde 2019, sin contar 2020 por la pandemia), pasando de las 384 horas dedicadas entre 2014 y 2018 a las 520 horas en este último lustro.